Iglesia Principal de Porreras

Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación

Acuarela sobre papel de 15 x 21 centímetros y 280 gramos

Muy pronto celebraremos las fiestas de San Roque, patrono de mi pueblo natal, 'Porreres'. Aunque me apena que en algunos aspectos de las celebraciones se inyecte política. Creo firmemente que esto nunca debe hacerse.

Las ideas políticas siempre dividen porque cada cual tiene las suyas propias, y por contrario, las fiestas de los pueblos son un gesto de unión y de hermandad, una celebración entre amigos, vecinos y visitantes.

Política y fiestas locales son como agua y aceite, empeñarse en mezclarlas es empeñarse en remarcar las diferencias en lugar de reforzar las cosas en común.

Tenemos muchos motivos para estas unidos: nuestro plácido pueblo, nuestras sanas costumbres y nuestro amor profundo por estas tierras mallorquinas que más allá de cada ideología particular, todos, a nuestra manera individual, tratamos de honrarlas y cuidarlas como mejor podemos o sabemos.

A pesar de esos intereses pseudo-ocultos que yacen descaradamente a la vista de todos para alegría de unos y desencanto de muchos otros, esperamos disfrutar de unas venideras fiestas de Sant Roc tan hermosas y gratificantes como de costumbre, y no me cabe ninguna duda de que así será.

Lo que más importan son las personas y la llama encendida que vibra dentro de cada uno de nosotros dandonos el alito de la vida, insuflando fuerzas a nuestro corazón, y aportando claridad a nuestras mentes. En definitiva, aquello que nos hace verdaderamente humanos porque transciende lo material y mundano.

Esta parte espiritual de los seres humanos es la que nos da la capacidad de gozar con jubilo y alegría de las fiestas vividas sanamente tanto físicamente (sin drogas) como emocionalmente (sin malos sentimientos).

Sin duda, aunque muchos vivan en una lucha constante, muchos otros podemos seguir disfrutando de las pequeñas cosas de la vida, hacernos un poquito más sabios cada día y dejar para otros los desatinos sociales modernos a los que la gran mayoría ya están demasiado acostumbrados.

Sigamos educando y concienciando para que en todos los pueblos y ciudades disfrutemos de fiestas tan sanas como divertidas.